domingo, 21 de septiembre de 2008

De Asasp a Sonora


El establecimiento de inmigrantes a gran escala en el estado de Sonora durante el siglo XIX se dio en dos fases: la primera, abarcó el período comprendido de 1849 a 1850 y su principal característica fueron los esfuerzos del gobierno para poblar el noroeste de la entidad con colonos extranjeros. La segunda, inició en 1859 y estuvo determinada por los intentos de colonizar los valles del Yaqui y Mayo.[1]
En la primera fase se observaron dos tipos de proyectos, uno enfocado a organizar compañías para la explotación de las riquezas minerales del estado, otro destinado al establecimiento de colonias agrícolas. En ambas empresas se tenía como objetivo fomentar la inmigración para poblar la entidad.
En la colonización de los valles del sur entraron en juego dos proyectos. Uno que estuvo a cargo de las compañías deslindadotas, que obtuvieron contratos del gobierno federal en los valles de los ríos Yaqui y mayo. El otro que incluyó la privatización de una parte de los valles mediante el denuncio y la adjudicación de terrenos baldíos, en este segundo proyecto, los beneficiarios sin lugar a dudas fueron las familias notables de Guaymas y Álamos. En esta segunda fase, el gobierno estatal no tuvo injerencia, pues el gobierno federal fue el único facultado para otorgar concesiones de deslinde, así como la adjudicación de terrenos baldíos. A pesar de la temática tan interesante de estas dos grandes olas migratorias, el presente trabajo tiene como objetivo esclarecer ciertas inexactitudes que existen en torno a la inmigración y la genealogía de los miembros de la familia Camou que arribaron al estado de Sonora durante el siglo XIX haciendo uso de información obtenida en fuentes documentales, bibliográficas y entrevistas. Aclaro, este trabajo no pretende de ninguna manera disminuir la importancia de las anteriores investigaciones, sino simplemente proporcionar información real y útil para futuras búsquedas.
Durante el período colonial, las autoridades dificultaron decisivamente las visitas a sus extensos territorios de cualquier persona que no fuera ciudadano español, curiosamente el noroeste de la Nueva España fue una de las pocas zonas donde se registró la presencia de viajeros o residentes no españoles.
Al momento de que México consumó su independencia de la metrópoli española en 1821, las puertas del país se abrieron a innumerables visitantes de todas las naciones, despertando variados intereses: comercial, de explotación minera, científico o de placer, siendo en este momento cuando inician a circular por el país, un creciente número de mercaderes, aventureros y diplomáticos venidos principalmente de los Estados Unidos y Europa.
Inglaterra era entonces la primera potencia mundial y antes de que México firmara con este país, el tratado de amistad y comercio en 1825, varios ciudadanos ingleses ya se habían asentado en el estado de Occidente: Guillermo Gaul, Thomas Spence y Santiago Juclan[2], por citar algunos.
Durante el reinado de Luis XIV, Francia fue el país más poblado de Europa con 20 millones de habitantes. El antiguo régimen caracterizado por una monarquía absoluta, una sociedad estamental[3] y una sociedad mercantilista, no favoreció la inmigración, fue hasta el 26 de agosto de 1789 cuando por primera vez se reconoció el derecho a la inmigración con motivo de la promulgación de la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano. Sin embargo, pese a que la constitución de 1791 reconoció oficialmente este derecho, ciertos decretos como el de 1811 estipulaban que los franceses que inmigraran sin autorización del Estado quedaban privados de sus derechos cívicos, lo que manifiesta que la inmigración fue prohibida rápidamente al ser considerado el inmigrante, sospechoso de traición a la causa francesa. El Código Civil en su artículo 17, precisaba: “La calidad de francés se perderá en caso de establecimiento sin intención de regreso”. Fue necesario esperar hasta 1880 para que la ley sobre la nacionalidad aboliera el decreto de 1811 y el código civil fuese reformado. Estos elementos permiten comprender de la mentalidad francesa imperante en el siglo XIX; además, explica porqué Francia tuvo una de las tasas más bajas de inmigración.
No obstante que Francia se distinguió del resto de los países de Europa por estar demasiado poblada y porque sus ciudadanos no emigraban, los campesinos franceses se vieron impulsados a radicarse en las ciudades, los habitantes de éstas a emigrar de ellas, esto debido a dos grandes condiciones: la pobreza del lugar donde vivían y la necesidad de hacer fortuna en otras tierras que los invitaba a salir del país a pesar de las prohibiciones existentes, en ambos casos lo único importante fue emigrar para sobrevivir.
Algunos ciudadanos franceses viajaban a las colonias de ultramar, otros en pequeños grupos, en su mayoría varones, provenientes de diversos rincones del país se dejaron tentar por la aventura económica en tierras lejanas. Este sueño lo corrieron un puñado de jóvenes, miembros de la familia Camou que en distintos años del siglo XIX decidieron dejar el pueblo de Asasp[4] en el antiguo departamento de los Bajos Pirineos[5] y dirigirse hacia el continente americano.
El primer miembro de familia Camou que emigró hacia México y cuya descendencia habita actualmente en el noroeste del país y en el suroeste de los Estados Unidos fue Jean Camou Candaudap[6], sin embargo, algunos autores señalan que fue Jean Camou Sarrailler[7]; difiero de esta afirmación por estar comprobado que ésta última persona, falleció a la edad de dos meses y quince días en Asasp, el 11 de marzo de 1815.
Jean Camou Candaudap partió por primera vez al continente americano a fines de 1819 con destino al puerto de Veracruz, arribando a ese lugar en los primeros meses de 1820, españolizó su nombre y en adelante será simplemente Juan Camou;[8] no se sabe a ciencia cierta a que se dedicó durante los primeros años de estancia en este país, lo más seguro es que al comercio pues Javier Pérez Siller señala: “ En la década de 1820, Louis de la Port, Cyprien Combier, Jean Camou, Jean Lalanne, Louis du Commeau, Jean Busart y Alexander Brunet, comerciantes franceses, fijaron su eje de operaciones en la ciudad de San Luís Potosí; en un extremo se hallaba el puerto de Tampico , en el otro, los destinos de Saltillo, Guadalajara, Zacatecas, Durango, Guanajuato y Querétaro…”[9] en estas largas travesías visitó la naciente villa y puerto de San Fernando de Guaymas, percatándose de las grandes oportunidades que ofrecía esa región para realizar actividades comerciales.[10]




[1] El Dr. Ignacio Almada señala el inicio de la colonización de los valles del Yaqui y Mayo durante el período de gobierno de Ignacio pesqueira. Ver: Ignacio Alamda bay, Breve historia de Sonora. Fondo de Cultura Económica/El Colegio de México, 2000.
[2] Guillermo Gaul contrajo matrimonio con Juliana Díaz Gámez en la villa de Pitic, el 21 de agosto de 1818, Santiago Juclan se unió con Francisca García Noriega, el 27 de noviembre de 1819. El 23 de septiembre de 1822, Thomas Spence originario de Escocia con cinco años de residencia en Pitic se unió en matrimonio con María de la Luz Valenzuela Sosa. Información matrimonial de la catedral de Nuestra señora de ka Asunción. Hermosillo. 1803-1838. Film 671668.
[3] La sociedad estamental se caracteriza por la desigualdad legal entre los diferentes grupos sociales o estamentos. De un lado se distingue el grupo de los privilegiados, constituidos por la nobleza y el alto clero, que poseían enormes riquezas provenientes de las rentas de la tierra y gozaban de exenciones fiscales- estaba excluidos del pago de varios impuestos -, eran juzgados según leyes distintas a las del pueblo, y se reservaban los cargos más importantes del ejército, la iglesia y el Estado. Por otro lado se tenía al estamento no privilegiado (o tercer estado), que no era un grupo nada homogéneo, pues cabían en él, desde ricos comerciantes y banqueros (que en nada envidiaban a la nobleza en cuanto a riqueza) hasta el más humilde de los campesinos, pero que tenían en común el hecho de ser quienes sostenían económicamente el país con su trabajo, y el estado con sus impuestos. El tercer estado constituía habitualmente el 90 % de la población, de ellos la mayoría eran campesinos pobres.
[4] La fundación del pueblo de Asasp fue anterior al año 1225 pues se sabe que en esa época el pueblo contaba con 17 casas edificadas. Información proporcionada vía Internet por el señor François Coÿne ex presidente del Centre Généalogique de Pyrénées-Atlantiques con sede en Pau, Francia.
[5] En 1971 pasó a ser Departamento de los Pirineos Atlánticos.
[6] Después de una exhaustiva búsqueda en los archivos del Registro Civil del Departamento los Pirineos Atlánticos, se encontró que nació en Asasp, el 25 de Abril de 1802, hijo de Jean Baptiste Camou Carrere y de Marie Candaudap.
[7] Jean Camou dit Juncas Sarrailler nació en Asasp, el 24 de diciembre de 1814 y murió en ese mismo lugar el 11 de Marzo de 1815. Nacimientos, Matrimonios y Defunciones de la villa de Asasp. 1798-1889. Film 1861670
[8] Entrevista con la señora Marcela Camou Araiza de Gándara, bisnieta de Jean Camou Candaudap. Junio de 1997.
[9] Ver: México Francia: Memoria de una sensibilidad común. Siglos XIX –XX. Javier Pérez Siller, coordinador. Pág. 155.
[10] Información proporcionada por la señora Marcela Camou Araiza de Gándara. Junio de 1997.

2 comentarios:

Unknown dijo...

i like......

Unknown dijo...

Mi papá tiene el apellido camou y me dio curiosidad investigar por qué me hacía curioso el nombre